No hagamos de esta situación algo tan complicado.
Todos los días, por ejemplo, cuando despierta en la mañana, haga una oración sencilla al Creador.
Dígale: ¡Gracias Jesús por la vida que me das! ¡Recibe toda la gloria y adoración! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Diga el Padrenuestro y aunque sea un Salmo, podrían ser los más populares: Salmo 1, 23, 25, 27, 51, 91 y otros.
Pídale a Dios por su familia, por usted y por quienes lo desee. La oración es suya.
El único requisito es hacer la oración como usted quiera, pero, que le salga del corazón y sea sincero con Dios.
La oración está al alcance de todo mundo, en cualquier momento y lugar… Jesús siempre la oye (aunque la haga en su mente).
Por: Eric Aragón
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